De muestra puede servir este ejemplo. Mónica Teresa Sánchez Rojas finalizó el curso pasado sus estudios de Técnico Auxiliar en Enfermería gracias al apoyo económico ejercido durante años por una madrina asturiana –que prefiere permanecer en el anonimato– y al seguimiento realizado por Rosario Llanos y Elizabeth Tascón, dos delegadas de la institución vinculadas a la parroquia de San José en el municipio de La Cumbre, uno de los 42 que conforman el Valle del Cauca y que está situado a 30 kilómetros de Santiago de Cali.
La delegada asturiana que coordinó con sus homólogas colombianas la evolución de Mónica Teresa durante su ciclo formativo fue Antoñita Rodríguez, bajo la supervisión general de la junta directiva de Padrinos Asturianos en aquel país.
El período vacacional que marca el calendario agosteño es propicio para desempolvar archivos y recordar para qué sirven 20 euros mensuales cuando se destinan íntegramente a la educación de niños y jóvenes sin recursos que, de otro modo, no encontrarían una salida profesional.
Se acompaña el certificado expedido por el centro de estudios y carta de la interesada agradeciendo el respaldo recibido.
Y tú, amable lector o lectora, ¿a qué esperas para apadrinar a un menor desamparado y convertirlo en un hombre o una mujer de provecho?
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